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Costa de Melilla, frontera con Marruecos
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Parece imposible imaginar que en 12,5 Km
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convivan bajo el amparo del respeto cristianos, musulmanes y judíos. Ese lugar
existe y se llama
Melilla, cuya costa baña el cálido mar Mediterráneo y desde
donde a tiro de piedra mira de frente a sus vecinos marroquíes.
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Zoco de Nador (Marruecos) |
La ciudad autónoma de Melilla, antiguamente conocida como
Rusadir, linda con la región del Rif (al norte y el oeste) y Beni Ansar (al
sur), ambas pertenecientes a la provincia de
Nador. Es en este lugar donde,
tras pasar la frontera, se pueden disfrutar de unas compras en el zoco envuelto
en sedas de colores que albergan todo tipo de productos en busca de dueño.
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Vistas desde Melilla la vieja.
A la derecha, Edificio V Centenario.
Al fondo Monte Gurugú
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A la vuelta, espera la inamovible Melilla la Vieja,
protegida por los cañones y su muralla que impertérrita soporta los golpes de
las olas, cuyos movimientos vigila el
Monte Gurugú, testigo mudo de los
combates entre las tropas españolas y los rebeldes rifeños a principios del
siglo XX. Pero no solo Melilla mira al pasado, puesto que cuenta con una de las
poblaciones más jóvenes de España, dando esperanzas a todos aquellos
principiantes de la vida en unos momentos en los que su futuro no cuenta con
muchos puntos de luz.
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Surtido de pastas marroquíes |
El recorrido por la ciudad autónoma continúa paseando por sus calles y disfrutando de sus 900 edificios modernistas y “Art Déco”, que dan la bienvenida a nuevas construcciones, que al igual que las culturas que allí habitan, se funden en un crisol del que fluyen aromas a especias, salitre y almendra. Este ingrediente es el principal para elaborar las pastas marroquíes que, regadas con un té con hierbabuena o té moruno, hacen que los visitantes regresen a su destino con una caja de estos pequeños manjares, para recordar aquél viaje que hicieron en buena compañía a un pequeño lugar de España que jamás podrán olvidar.
Para JKPLDS+…?