miércoles, 5 de septiembre de 2012

Melilla, un pedazo de España en África

Costa de Melilla, frontera con Marruecos
 
Parece imposible imaginar que en 12,5 Km2 convivan bajo el amparo del respeto cristianos, musulmanes y judíos. Ese lugar existe y se llama Melilla, cuya costa baña el cálido mar Mediterráneo y desde donde a tiro de piedra mira de frente a sus vecinos marroquíes.



Zoco de Nador (Marruecos)
La ciudad autónoma de Melilla, antiguamente conocida como Rusadir, linda con la región del Rif (al norte y el oeste) y Beni Ansar (al sur), ambas pertenecientes a la provincia de Nador. Es en este lugar donde, tras pasar la frontera, se pueden disfrutar de unas compras en el zoco envuelto en sedas de colores que albergan todo tipo de productos en busca de dueño.
 
Vistas desde Melilla la vieja.
A la derecha, Edificio V Centenario.
Al fondo Monte Gurugú
A la vuelta, espera la inamovible Melilla la Vieja, protegida por los cañones y su muralla que impertérrita soporta los golpes de las olas, cuyos movimientos vigila el Monte Gurugú, testigo mudo de los combates entre las tropas españolas y los rebeldes rifeños a principios del siglo XX. Pero no solo Melilla mira al pasado, puesto que cuenta con una de las poblaciones más jóvenes de España, dando esperanzas a todos aquellos principiantes de la vida en unos momentos en los que su futuro no cuenta con muchos puntos de luz.



Surtido de pastas marroquíes
El recorrido por la ciudad autónoma continúa paseando por sus calles y disfrutando de sus 900 edificios modernistas y “Art Déco”, que dan la bienvenida a nuevas construcciones, que al igual que las culturas que allí habitan, se funden en un crisol del que fluyen aromas a especias, salitre y almendra. Este ingrediente es el principal para elaborar las pastas marroquíes que, regadas con un té con hierbabuena o té moruno, hacen que los visitantes regresen a su destino con una caja de estos pequeños manjares, para recordar aquél viaje que hicieron en buena compañía a un pequeño lugar de España que jamás podrán olvidar.

Para JKPLDS+…?


 
 

sábado, 18 de agosto de 2012

A 70 metros sobre el suelo


Ya no es necesario levantar la cabeza para disfrutar de las azoteas de Madrid. Si desde el Arco del Triunfo parisino, con 50 metros de altura, se pueden divisar los Campos Elíseos, desde el mirador del Palacio de Cibeles, con una distancia desde el suelo de 70 metros, podemos mirar cara a cara a las esculturas que coronan el cielo madrileño.
Vistas de la Calle Alcalá desde la azotea
El Palacio de Cibeles, actual sede del Ayuntamiento de Madrid, cuenta con una azotea a la que se accede de manera gratuita y desde la que se pueden divisar a vista de pájaro los principales ejes de la capital (Prado-Recoletos y Gran Vía-Alcalá). Una vez arriba, en la planta 6E y tras subir 88 escalones, los visitantes tienen la oportunidad de descubrir pequeños rincones nunca vistos, así como disfrutar de una agradable velada en el restaurante o compartir una copa con las aves nocturnas.

martes, 17 de julio de 2012